La entidad Project on Government Oversight (POGO) ha solicitado a la Food and Drug Administration (FDA) a volver a revisar el riesgo de formación de coágulos de algunas píldoras anticonceptivas, después de que se haya demostrado que algunos de los asesores encargados de una primera revisión estaban relacionados con los fabricantes de estos fármacos.
En diciembre, la FDA reunió a un panel de expertos externos para que analizasen la seguridad de las píldoras que contienen drospirenona.
Los expertos decidieron por cuatro votos de diferencia que su beneficio para prevenir embarazos era superior al riesgo de formación de coágulos sanguíneos.
Sin embargo, posteriormente un tribunal reveló que cuatro de los 26 asesores tenían lazos de investigación o financieros con el fabricante. Estos cuatro expertos votaron a favor de los beneficios de estas píldoras, lo que hizo posible que pudiesen seguir en el mercado.
Aunque la FDA no está obligada a seguir las recomendaciones de sus asesores, normalmente suele hacerlo, de ahí que ahora haya dudas de quién está detrás de tales consejos.
"El público estadounidense debe poder confiar en que la FDA y sus comités asesores están tomando las decisiones sobre una base científica, sin influencia de la industria", ha reconocido Danielle Brian, directora ejecutiva de POGO.
Por ello, el grupo envió esta semana una carta a la comisaria de la FDA, Margaret Hamburg, pidiendo que desestime esa votación y conforme un nuevo comité asesor para evaluar la seguridad de las píldoras.
En diciembre, la FDA reunió a un panel de expertos externos para que analizasen la seguridad de las píldoras que contienen drospirenona.
Los expertos decidieron por cuatro votos de diferencia que su beneficio para prevenir embarazos era superior al riesgo de formación de coágulos sanguíneos.
Sin embargo, posteriormente un tribunal reveló que cuatro de los 26 asesores tenían lazos de investigación o financieros con el fabricante. Estos cuatro expertos votaron a favor de los beneficios de estas píldoras, lo que hizo posible que pudiesen seguir en el mercado.
Aunque la FDA no está obligada a seguir las recomendaciones de sus asesores, normalmente suele hacerlo, de ahí que ahora haya dudas de quién está detrás de tales consejos.
"El público estadounidense debe poder confiar en que la FDA y sus comités asesores están tomando las decisiones sobre una base científica, sin influencia de la industria", ha reconocido Danielle Brian, directora ejecutiva de POGO.
Por ello, el grupo envió esta semana una carta a la comisaria de la FDA, Margaret Hamburg, pidiendo que desestime esa votación y conforme un nuevo comité asesor para evaluar la seguridad de las píldoras.
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