El proyecto se está llevando a cabo bajo los auspicios del Ministerio de
Juventud y Deportes del distrito y recibe asistencia del UNFPA y del Consejo de
Población, una organización no gubernamental, así como orientación normativa y
técnica de la
Organización Mundial de la Salud (OMS). Trabaja con las familias, los jefes
de las comunidades y los adolescentes en la región rural de Amhara en Etiopía,
donde la mitad de todas las adolescentes se casan antes de los 15 años de edad,
lo que es contrario a la legislación etíope, que sólo autoriza el matrimonio a
partir de los 18 años. El proyecto alienta a retrasar el matrimonio y la
maternidad, y también presta apoyo a las adolescentes casadas mediante cursos
de alfabetización y de aptitudes para la vida y proporcionando información
sobre la salud reproductiva.
Las adolescentes menores de 16 años corren un riesgo de defunción materna
cuatro veces más alto que las mujeres de 20 a 30 años, y la tasa de mortalidad de sus
neonatos es aproximadamente un 50% superior, según el consultor en salud de los
adolescentes James E Rosen, que está cargo de un estudio de investigación del
departamento de Reducción de los riesgos del embarazo de la OMS. Los expertos en
salud convienen en que las adolescentes embarazadas requieren atención física y
psicológica especial durante el embarazo, el parto y el puerperio para
preservar su propia salud y la de sus bebés.
"El contexto es complicado, porque las cuestiones culturales influyen
en el comportamiento sexual", dice la Dra. Virginia
Camacho, del departamento de salud y desarrollo del niño y del adolescente de la OMS.
Su departamento está estudiando los medios de prevenir el embarazo precoz -
en particular entre las jóvenes marginadas - en los países en desarrollo y la
medida en qué los sistemas de salud atienden sus necesidades."Los
proveedores de salud deben estar capacitados para brindar atención adecuada a
las adolescentes embarazadas y asesoramiento a las muchachas que no quieren
quedar embarazadas", dice Camacho.
Se estima que 16 millones de niñas de edades comprendidas entre los 15 y los
19 años dan a luz cada año, y un 95% de esos nacimientos se producen en países
en desarrollo, según el estudio realizado por Rosen. Esto representa el 11% de
todos los nacimientos en el mundo. Sin embargo, los promedios mundiales ocultan
importantes diferencias regionales. Los partos en adolescentes como porcentaje
de todos los partos oscilan entre alrededor del 2% en China y el 18% en América
Latina y el Caribe. En todo el mundo, siete países representan por sí solos la
mitad de todos los partos en adolescentes: Bangladesh, Brasil, la República Democrática
del Congo, Etiopía, la India ,
Nigeria y los Estados Unidos de América.
Según el Dr. Monir Islam, director del departamento de Reducción de los
riesgos del embarazo, los programas de salud para madres y recién nacidos deben
atender mejor las necesidades de las madres jóvenes. "Reducir los riesgos
del embarazo para las adolescentes debe ser una prioridad clara para los países
que se están esforzando por alcanzar los Objetivos de Desarrollo del
Milenio", dice.
Aunque las circunstancias de los embarazos en adolescentes varían mucho,
destacan algunos rasgos comunes: los cuerpos más jóvenes no están plenamente
desarrollados para pasar por el proceso del embarazo y el parto sin
consecuencias adversas. Las madres adolescentes se enfrentan a un riesgo más
alto de parto obstruido que las mujeres de veinte y tantos años. Sin una
atención obstétrica de urgencia adecuada, esto puede conducir a la ruptura del
útero, que conlleva un alto riesgo de muerte tanto para la madre como para el
bebé. Para aquellas que sobreviven, el trabajo prolongado de parto puede causar
una fístula obstétrica, que es un desgarro entre la vagina y la vejiga o el
recto, que provoca fuga de orina o heces. En Etiopía y Nigeria, más del 25% de
las pacientes con fístula habían quedado embarazadas antes de los 15 años y más
del 50% antes de los 18 años. Aunque el problema puede corregirse con cirugía,
el tratamiento no está ampliamente disponible en la mayoría de los países donde
se produce esta lesión y millones de mujeres deben resignarse a sufrir una
afección que provoca incontinencia, malos olores y otros efectos secundarios
como problemas psicológicos y aislamiento social.
"Una gran cantidad de mujeres embarazadas muy jóvenes no tienen acceso
a servicios que les permitan ponerse en manos de profesionales capaces de
atenderlas en caso de parto obstruido", dice el Dr. Luc de Bernis, asesor
principal de salud materna en el UNFPA, destinado en Etiopía. Dado que en
muchos países las niñas se casan muy pronto, incluso antes de empezar a
menstruar, "podrá imaginarse que cuando se quedan embarazadas son muy
jóvenes, no tienen más de 13 o 14 años", dice de Bernis. "Si va al
hospital de la fístula en Addis Abeba, verá que las chicas son muy jóvenes y
pequeñas, y enseguida entenderá la magnitud del problema. Es un desastre.
La pobreza influye en la probabilidad que tienen las jóvenes de quedar
embarazadas y si es así entran en un círculo vicioso, ya que la maternidad
precoz suele comprometer sus resultados académicos y su potencial económico.
El embarazo en la adolescencia "puede perturbar el acceso a la
educación y a otras oportunidades de vida", dice Leo Bryant, gerente de
promoción en Marie Stopes International (MSI), un grupo británico de defensa de
los derechos reproductivos que posee clínicas en todo el mundo. "En el
Reino Unido nos preocupa en particular ... porque tenemos la tasa más alta de
embarazos en adolescentes de Europa occidental". Hoy en día esa tasa es de
26 partos en adolescentes por cada 1000 mujeres, de acuerdo con las
estadísticas sanitarias mundiales de 2009.
Otros países de Europa tienen menos embarazos de adolescentes porque adoptan
un enfoque diferente con respecto a la educación sexual y facilitan el acceso a
la planificación familiar, dice Bryant. En los Países Bajos, que posee una de
las tasas más bajas de Europa de embarazos en adolescentes, de cuatro partos en
adolescentes por 1.000 mujeres, la educación sexual comienza en la escuela
primaria. Actualmente en el Reino Unido la educación sexual no es obligatoria
en las escuelas, y algunas escuelas de inspiración religiosa ni siquiera
imparten esa educación, por lo que la cobertura es irregular, dice Bryant. Se
supone que esto cambiará después de que el Gobierno anunciara a finales de
abril sus planes de hacer obligatoria la educación sobre el sexo y las
relaciones en la enseñanza primaria y secundaria a partir de 2011.
Boletín de la Organización Mundial de la Salud . Recopilación de articulos. Volumen 87: 2009. Volumen 87, junio 2009, 405-484